sábado, 26 de noviembre de 2016

¿Qué hora es?
Métodos de aprendizaje para los niños –

Ayer, hoy, mañana... La mayoría de los niños tienen dificultad para aplicar estos sencillos conceptos de modo adecuado en su expresión verbal. Percibir de forma correcta cómo se desarrolla el tiempo es una tarea compleja para los más pequeños. Padres y docentes pueden ayudarles en el proceso de adquisición de las nociones temporales con distintos ejercicios, juegos y estrategias que trabajan la reconstrucción secuencial y cronológica del tiempo.
La noción y organización temporal son conceptos difíciles de asimilar por los niños. Según los especialistas, adquirir una visión clara del tiempo es un proceso lento y paulatino que abarca desde las primeras interpretaciones de día-noche, antes-después, ayer-hoy-mañana, hasta la perfecta discriminación de la dimensión de temporalidad, con conceptos más complejos como los días de la semana, los meses, los años y, por último, las horas.
El orden es la forma de entender la distribución y sucesión de los hechos y cambios que ocurren
Las investigaciones apuntan a que en el proceso de adquisición de la percepción de temporalidad participan dos componentes: el orden, que es la forma de entender la distribución y sucesión de los hechos y cambios que ocurren, y la duración, que constituye el aprendizaje del tiempo físico con sus medidas (días, semanas, meses, años, horas, etc.). Según este esquema, Enrique Rivera y Carmen Trigueros, de la Facultad de Educación de la Universidad de Granada, en la publicación 'Educación Física de Base', estructuran la evolución de la temporalidad en los niños en las siguientes etapas:
·         De 0 a 2 años: La percepción temporal se asocia a las necesidades biológicas. El niño adquiere conciencia de las nociones básicas de mañana, tarde o noche en función de sus tiempos de sueño o alimentación.
·         De 2 a 6 años: El niño comienza a entender las nociones de velocidad (lentas, rápidas) e inicia la clasificación de acontecimientos en orden de sucesión.
A partir de esta edad (5-6 años), una vez adquiridas las competencias básicas de "orden" temporal, se debe empezar a trabajar sobre la "duración" para que el niño aprenda las unidades convencionales de tiempo.
Las primeras Discriminaciones
El primer aspecto que se debe trabajar con los niños en la etapa de educación infantil es la discriminación de conceptos temporales. Padres y docentes pueden recurrir a distintas actividades sencillas y entretenidas para reforzar estas nociones en los más pequeños:
Hay que mostrar a los niños algunos de los elementos diferenciales de cada una de estas etapas de la jornada
Partes del día: Para enseñarles a diferenciar estos conceptos, es útil mostrarles algunos de los elementos distintivos de cada una de estas etapas de la jornada, como el sol de día o la luna y las estrellas de noche, observar una puesta de sol o estar atento a qué hora sale la luna son actividades que le ayudarán a comprenderlo mejor. Otro modo de trabajar estos conceptos se asienta en la asociación de las actividades generales que se realizan (día-vestirse-colegio, mediodía-almuerzo, tarde-merienda-juego, noche-pijama-cena-dormir).
Antes-ahora-después: Enseñarles un álbum de fotos donde observen cómo eran antes y cómo son ahora, proponerles que cuenten cosas que se deben hacer antes o después de una actividad (lavarse las manos-comer, ponerse los patines-patinar, levantarse-vestirse) o contarle un cuento al revés y pedirles que lo ordenen son algunas actividades y juegos idóneos para incidir sobre estos conceptos.
Ayer-hoy-mañana: Reforzar estos conceptos es fácil con un sencillo juego. Sobre una cartulina dividida en tres partes (ayer-hoy-mañana) se pide al niño que dibuje o escriba cada día sus actividades en cada periodo para que se fije en la correlación que hay entre los tres. Señalar y marcar acciones en los días de un calendario o preguntarle de forma sistemática qué ha hecho hoy o qué hizo ayer son otras oportunidades para trabajar la temporalidad.
Unidades de tiempo
Los distintos conceptos son fáciles de trabajar con recursos didácticos sencillos
Una vez asimilado el sentido de orden del tiempo, el niño puede empezar a aprender las unidades temporales: días de la semana, meses, años, estaciones y horas. Excepto estas últimas, el resto de conceptos son fáciles de trabajar con recursos didácticos sencillos, como canciones, dibujos o representaciones visuales, que ayudan a memorizar y ordenar estas unidades de tiempo en la mente de los más pequeños. Trabajar con un calendario y anotar fechas significativas (cumpleaños, vacaciones, etc.), clasificar las actividades que se hacen cada día de la semana o estudiar los fenómenos atmosféricos de cada estación, son algunas de las propuestas más utilizadas.
El aprendizaje de las horas y los conceptos adyacentes (minutos, segundos, cuartos, medias) es, sin embargo, un proceso que requiere mayor atención y trabajo, tanto por parte de los aprendices, como de quienes les enseñan. Para hacer más fácil esta tarea, se puede hacer uso de algunos de los recursos y aplicaciones interactivas que están disponibles en Internet para reforzar las nociones temporales:


http://www.consumer.es/web/es/educacion/extraescolar/2010/10/24/196691.php


 https://www.youtube.com/watch?v=PCtghROrjZc
Muestra de como enseñarle a los parvulos a ver la hora de forma ludica 







2 comentarios:

  1. Tal como dice Fermín, J (2009), “El tiempo es un concepto abstracto que no puede ser manipulado por el niño, es una noción que debe ser deducida de la realidad y de las experiencias que el niño tiene. Su elaboración implica la estructuración de un sistema de relaciones de dos aspectos diferentes: el orden de sucesión de los acontecimientos y la duración o intervalos entre los eventos ya ordenados”, es por esto que tanto como en casa y en el jardín se debe procurar la formación de hábitos y rutinas, para que así el niño pueda familiarizarse y entender más las nociones temporales.

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  2. "La percepción del tiempo en los niños se forma bastante tarde…Se orientan mejor en aquellos intervalos de tiempo que se relacionan con su actividad diaria" (Petrovski)
    En el recién nacido la noción temporal es casi inexistente, el niño no posee al nacer este esquema temporal, sino que paulatinamente va adquiriéndolo a través de su crianza, de las costumbres de su ambiente y del lenguaje.
    Las demandas de alimento del niño y las demoras que le son impuestas en la satisfacción son generadoras de su sentido temporal, porque son necesidades periódicas que se incrementan a medida que es mayor el tiempo que lleva calmarlas. En consecuencia, el ciclo hambre-alimento-satisfacción-hambre-alimento, etc., es fundamental para generar la noción temporal.
    Por otro lado, toda situación que proporcione sensaciones cinestésicas (ritmo respiratorio, actividad cardíaca, etc.) y cualquier otra fuente de señales periódicas que el niño pueda percibir, aún de modo inconsciente, contribuyen a la diferenciación de intervalos y son también precursoras del sentido del tiempo (Colaruso, 1979).
    Tanto el espacio como el tiempo están presentes en toda percepción, que es extensa y tiene duración, aunque en el niño la duración está lejos aún de la temporalidad adulta. Al principio, el tiempo para el niño es igual a la duración psicológica de sus actos; después va a establecer una relación de esta duración con los hechos del mundo externo y por último, incluirá sus actos en la serie de sucesos rememorados, así forma la historia de su medio y convierte al tiempo en la red que ensambla la estructura objetiva del Universo.

    ES IMPORTANTE QUE DESDE PEQUEÑOS SE MENCIONEN LAS TAREAS MÁS IMPORTANTES DEL SÍA A LOS NIÑOS, HABLARLES DE LAS ACCIONES REALIZADA EN TODO MOMENTO, EJ. PEDRITO VAMOS A COMER PORQUE YA TIENES HAMBRE, TE SUENA LA GUATITA, ETC.
    PARA QUE EL NIÑO VAYA INTERIORIZÁNDOSE CON SU SENTIR BIOLOGICO Y RELACIONANDO ESTO A DIARIO CON LA NOCION TEMPORAL.
    OTRO EJEMPLO ES LA HORA DE LEVANTARSE Y CUANDO VAN A ACOSTARSE, LO CUAL ES MUY SIGNIFICATIVO PARA ELLOS, YA QUE SE VISTEN, SE BAÑAN Y VEN MAYOR CLARIDAD Y MOVIMIENTO EN EL HOGAR, EN CAMBIO DE NOCHE LAS LUCES SE APAGAN, EL RITMO DE LAS PERSONAS EN EL HOGAR DISMINUYEN, POR TANTO ACOSTUMBRARLOS A SABER LO QUE REALIZAN, TAMBIÉN ES ORIENTAROS EN LA SECUENCIA TEMPORAL QUE SE ENCUENTRAN, CREANDO RUTINAS DIARIAS.

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